SINOPSIS. Corre el año 1936 y España se dirige a uno de los
episodios más convulsos de su Historia: la Guerra Civil. Es en estas
circunstancias que la República envía a 3.000 niños a la Unión Soviética con el
pretexto de ponerlos a salvo de la contienda y las circunstancias de la guerra.
Beatriz (Esther Regina), hija de una asentada familia cuyo hermano y padre son falangistas,
al enterarse del inminente traslado de los niños de los orfanatos a territorios
soviéticos, decide robar los documentos de identidad de una republicana muerta
y participa en el cuerpo de profesores voluntarios para cuidar a dichos niños, uno de los cuales es en
realidad hijo suyo pero que terminó en el orfanato por el hecho de que ella no
estaba casada. Pero su viaje, largo y tedioso, le conduce a través de Europa
hasta que, en 1941, se encuentra en medio del enfrentamiento germano-soviético.
La claudicante situación del Ejército Rojo ante el avance de los alemanes,
complica y dificulta su ya de por sí duro viaje. Un Comisario Político de la
Unión Soviética llamado Álvaro (Carlos Iglesias) se les une e intenta
ayudarles. Las complicaciones se van sumando.
LO MEJOR DE LA PELÍCULA. Si hay algo que pueda quedar en la
memoria visual del espectador en “Ispansi” y sea digno de ello es sin duda la
escena en la que irrumpe en la trama la División Azul. Viendo el desarrollo de
la cinta en ciertos momentos, y el ya consabido tono tendencioso del cine
español sobre estas cuestiones, uno se espera una imagen demonizada de los
soldados de la División Azul (División 250 de la Wehrmacht). Sin embargo, son
reflejados sin ningún propósito
denostador, sin ninguna suerte de fanatismo. Es por ello que resulta sumamente
interesante el encuentro que mantienen con las divisiones de las SS alemanas y,
posteriormente, la conversación con los fugitivos republicanos españoles. Sin
duda una buena, aunque exigua oportunidad de ver a aquellos soldados españoles
en el cine, como pocas veces se ha hecho. Escenas como la que Carlos Iglesias
nos regala es imperativo valorarlas más allá de su verosimilitud pues no es
menos cierto que sería en vano la espera de que el cine foráneo fuese a
dedicarle alguna película o escena a la División Azul o les preocupe la
historia de los fugitivos republicanos.
LO PEOR DE LA PELÍCULA. En concretas escenas, que no pocas,
“Ispansi” muestra una trama que parece reticente a abrazar los arquetipos,
prejuicios y la impronta tendenciosa que suele caracterizar el cine español,
sobre todo el más reciente, en lo tocante a temas históricos de los años ’30 y
’40. Y lo hace en diversas ocasiones a través de imbuir a la trama un semblante
de alegoría pacifista gratuita que se desdibuja a cada segundo de película para
terminar en una simplona y perversa conclusión de que la guerra en España fue
una guerra entre hermanos pero en la que unos (se intuye quienes) tuvieron más
culpa que los otros. A ello cabe sumar el excesivo talle que supone para el director el construir la trama una vez entra en la contienda bélica mundial, ya que se pierde en una dispersión temática que no encuentra como reconducir.
COMPARACIÓN. No es el cine español muy dado a explorar los avatares de la Segunda Guerra Mundial. Me atrevo a decir que más que por carencias técnicas, del todo comprensibles dada la alta exigencia que ello impone, se trata en realidad de una nueva manifestación de lo partidario y sesgado del poder creador de nuestros cineastas actuales, más propensos a recrear a su “saber y entender” la Guerra Civil en películas como “Soldados de Salamina”. En época franquista ya se había rodado “La Patrulla” pero la perspectiva es notablemente distinta dado que únicamente tiene un propósito propagandístico anticomunista y más que creador en sí. Lo que hace acreedora a “Ispansi” de una mínima gratitud es que, aun cayendo en esa tendencia, intenta por momentos no hacerlo y guarda cierta consideración para con los no republicanos o, como se ha referido ya, con los soldados de la División Azul. Esa es, aunque resta camino por hacer, la tendencia que podría llevar a hacer grandes películas en España acerca de la temática una vez nuestro cine se desprenda de ese fervoroso y febril rencor en el quehacer cinematográfico.
HISTORIA. Lo que, en suma, “Ispansi” nos viene a mostrar es
un paseo por una Europa sacudida por los acontecimientos del momento y
estremecida por su inestabilidad y la que luego asolaría Europa desde el
particular punto de vista de una española, Beatriz, que vive como puede en sus
dificultosas circunstancias familiares y que, al tiempo que va viendo el
desarrollo de los hechos, nos va dando una perspectiva de los mismos.
Resulta, bastante llamativo, tanto desde el una óptica
histórica como cinematográfica, que una película consiga aunar las diferentes
“Españas” del entonces desde un único
punto de vista; no obstante lo cual, la cinta remata por abrazar una dinámica
republicana filosoviética. Y en cierta medida es justo el tributo a los
fugitivos españoles (entre ellos los casi 1500 niños y 40 profesores) que,
huyendo de la guerra patria y de los vencedores de la misma bajo el temor a
duras represalias, se dispersaron por otros países europeos, como Francia,
Suiza o la URSS. Fueron precisamente los que se cobijaron al amparo del régimen
soviético esperando el mejor de los tratos por su proveniencia republicana, so
pretexto de su afinidad ideológica, acabaron por padecer las consecuencias de
su propia decisión, si bien es algo que la película se cuida en esquivar. Es
más, muchos de estos pobres desdichados cayeron en la falsa creencia (como el
piloto del Ejército Rojo Luís Lavín, entre otros cientos) de que, terminada la
guerra con la Alemania nazi, los bolcheviques iban servirles en bandeja y
ayudarles en su venganza contra el régimen del general Franco. Muchos murieron,
aun en espera de ella, bajo aquel infame gobierno, para los cuales es justo y
debido el tributo que por ello merecen; pero no es menos cierto que quizás la
literatura, el cine y otros campos del arte se han centrado demasiado en éstos,
en perjuicio de los demás. Y ello a pesar de su equívoca decisión dado que
salvo personajes de la élite política, como Dolores Ibárruri, a duras penas
consiguieron vivir la mayoría de aquellos españoles.
Y es que, aunque desde las élites artísticas no parezcan ser
acreedoras de homenaje alguno apenas, es debido hacer mención, por oposición a
los anteriores, a todos aquellos que, terminada la guerra, aceptaron el destino
de su país y, en su caso, adoptaron la lucha interna. Aquellos, contrarios al
régimen, que fueron denominados modo genérico como “rojos” (fuesen
republicanos, anarquistas, monárquicos, cedistas ortodoxos o falangistas de la
primera época) optaron por criticar y quebrantar el sistema franquista desde
dentro, una opción más útil y lógica, dado que inteligentemente eran sabedores
de que los regímenes autoritarios se derrumban desde dentro por ser éstos
tendencialmente impermeables a las habladurías y rumores foráneos. Sin embargo,
y obviando la excepción de los primeros años de posguerra, quienes se quedaron
en España, los afines a Franco y los que no lo eran, es decir, los que optaron
por la opción más valiente de resistir desde dentro y actuar internamente,
consiguieron salir adelante y vivir de una forma más o menos decente lo que, a
la postre, les permitía centrarse en su lucha antifranquista. Mientras, los
españoles en la URSS, salvo los que gozaban del patrocinio de algún Comisario
Político o miembro del partido, se centraban en cuestiones más vitales, como la
propia manutención.
Es, por consiguiente, una verdadera lástima que las artes escénicas, en
general, y el cine en particular se postule y congratule con quienes optaron
por la opción más fácil aun a pesar de las circunstancias, desdeñando sin consideración alguna a los que
valientemente afrontaron el destino de su país. Leyes de Memoria Histórica,
juicios totalmente anacrónicos, manifestaciones antifranquistas o
investigaciones discrecionales sobre quienes huyeron y sobre los que se
quedaron son meros instrumentos de cara a la galería de un sector político,
pero que llega con más de treinta años de retraso ya que ahora no son
necesarias. La enfermedad superada no precisa medicinas para su curación.
APARTADO TÉCNICO. A diferencia de lo que suele ser habitual
en el cine español, los productores de “Ispansi”, sin excesivos alardes, logran
superar el examen técnico de la cinta a base de discrecionalidad y, sobre todo,
con un especial empeño en no incurrir en errores notorios. Destaca en el bando
ruso la presencia de los camiones Zis tan ampliamente utilizados por los rusos
en la contienda y la sempiterna presencia de las locomotoras, mezcladas con
pequeñas armas como los Schmeisser alemanes así como revólveres de todo tipo.
Todo ello entremezclado con unas indumentarias perfectamente adaptadas a su
contexto histórico y algún destello como el ataque de los Stuka (JU-87)
alemanes.
ERRORES. Se trata de una cinta que promete desde el
principio pero que no tarda en tomar la senda de la discrecionalidad y que, a
costa de esa postergación de los alardes tanto en lo técnico como en lo
argumental, a parte de desazonar la película en sí, hace que los errores no
sean ni abundantes ni de importancia en lo que toca al desarrollo de la misma.
No obstante, los errores son evidentes. En primer lugar, resulta absolutamente
sorprendente que el régimen estalinista dispusiese, en una época de tan grandes
apuros, de su extensa red de ferrocarriles en favor de unos españoles que nada
le aportaban en su guerra con Alemania. No es lugar este para hablar de ella,
pero la generosidad del Camarada Supremo Soviético brilló siempre por su ausencia,
sobre todo con los republicanos españoles, más aun tras la derrota de éstos. En
segundo lugar, aunque es un detalle de gustosa presencia, el ataque de los
Stuka resulta totalmente superficial y absurdo, con el claro y único propósito
de mostrarlos, dado que su ataque carece de sentido cuando bombardean a una
población civil dispersa y en un paraje inhóspito, sin que vuelvan aparecer:
los objetivos de la Luftwaffe eran siempre militares porque ese era el modo más
efectivo de lastrar a las fuerzas rusas y, todavía más, si se piensa en la
carestía de recursos que se vivía en el frente ruso. Tampoco pasa desapercibida
la estancia en una granja de la estepa rusa dado que, estando la URSS en plena
Segunda Guerra Mundial, contrasta la relajación del ambiente bucólico en el que
viven los personajes centrales.
LA FRASE. “Son como animales: no atienden a razones”. Esta
frase, pronunciada por una monja, al inicio de la cinta y en medio del saqueo y
quema del convento por sectores de exaltados republicanos, es una de las muchas
que la presentación del contexto histórico de la película regala al espectador.
Y ello porque, al margen de mostrarnos cómo de convulsa se hallaba España a
mediados de julio de 1936, esta frase, aplicable a uno y otro bando por igual,
pone en alza la desmesura política a la que se había llegado, el rencor
generado por la inestabilidad de una falsa democracia y la utilización de la
sinrazón discursiva por parte de ciertos políticos que dio lugar a unos fuertes
brotes de violencia en las postrimerías de la Guerra civil. No obstante, a la
luz de las circunstancias actuales, y de la coyuntura económica, social y
política, me tomo la licencia de aplicar esta frase y su carga de significado a
la clase gobernante actual que, ignorante del peligro del cultivo de la
demagogia barata, la mentira fácil y de los ejercicios de pantomimas
populistas, se muestra ciega de cara a las consecuencias pasadas de la zafia
práctica de estas “artes”, capaces de engendrar auténtica violencia en quienes
se dejan imbuir por esa dialéctica.
PARA QUIEN. Si lo que se busca es una película española
diferente al arquetipo de cine hecho en este país o “españolada”, si se me
permite, es claro que “Ispansi” es un buen paso para el comienzo. Para el
público en general, aun a pesar del escaso didactismo, se hace bastante aceptable ya por su notable ambientación,
ya por ciertas secuencias que rozan lo genial. Pero que nadie se engañe: sigue
siendo cine español, colmado de prejuicios y sin excesos creativos en la
historia en si misma considerada. Las escenas de acción resultan, en su
mayoría, carentes de credibilidad.
VALORACIÓN. La película de Carlos Iglesias presenta un muy
buen comienzo, con una acelerada muestra de la situación prebélica, con una
ácida crítica hacia las dos Españas (con los exaltados republicanos como
bestias y el joven falangista tan pasional y cerril con sus ideales),
sirviéndose para ello de un decoroso reparto (estando entre los antes
mencionados la gallega Isabel Blanco, además de los antes mencionados). Sin
embargo, la película intenta reconducirse hasta un final que procura erigirse
como una alegoría pacifista en esa separación de ideales, al tiempo que mostrar
las penurias de la guerra. Pero, en la búsqueda de esos logros, no consigue ni
lo uno ni lo otro y se pierde en un camino de disquisiciones de índole moral,
abrazando a uno de los bandos y despreciando al otro, aderezando recursos
técnicos sin ton ni son y, además, intentando poner un final poético al film,
lo que a duras penas consigue dados los derroteros que toma la trama. Una película,
en suma que, como cine español se deja ver, pero de escasa relevancia en
términos de cine bélico comparado.
Buenas Wittman
ResponderEliminarAqui creo que Carlos Iglesias ha tenido buenas intenciones, pero no ha contado con demasiados medios. Como dices, el apartado tecnico del film es correcto, pero por lo demás, la trama resulta demasiado plana, los personajes carecen de profundidad y el desarrollo de la historia es muy, muy lento. Esos son los grandes lastres del film.
Por cierto, que para 2012 se prepara una película española sobre el tema de la División Azul: "Sangre en la nieve". Va sobre unos asesinatos que se producen en el seno de la DA, pero va a tener un componente bélico que promete. A ver que tal.
Saludos
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenas von Kleist.
ResponderEliminarGracias por el comentario. Si hay alguna palabra que pueda resumir todo lo dicho en esta entrada así como en tu comentario esa es "decepción". Lo peor es que el comienzo no es, para nada, despreciable, igual que otras escenas como la de la División Azul.
En lo que respecta a la película que comentas, no pinta nada mal, pero el hecho de que sea española y el cómo puedan ser tratados nuestros soldados me produce cierto recelo. Ya veremos qué da de sí.
Un saludo.
Es difícil mantener la imparcialidad hacia unos hechos tan brutales y cercanos, de los que nos separan apenas setenta y pico años. Nada, si uno se da cuenta de que las consecuencias del conflicto aún pesan en la sociedad española, mal que nos pese.
ResponderEliminarNo sé si veré la película, tras tu crítica. Pero gracias por tan completa reseña.
Buenas malatesta.
ResponderEliminarNi parcialidad, ni independencia, ni atisbo de algo que se parezca. El problema resulta, además de por la cercanía de los acontecimientos, del muy extendido complejo cinematográfico del dominio de la verdad, aunque el fuero interno del director sepa que no es así. Ese es el pretexto argumental principal: se ruedan películas sin un juicio crítico para ambos bandos y al amparo de una falsa neutralidad, y he aquí que cuando se meten en temas más complejos (como la IIGM) su argumento se diluye y los caminos de la creatividad se nublan, perdiéndose en consecuencia toda verosimilitud o interés. Eso es lo que acontece en "Ispansi", del que, no obstante, puedo recomendarte el comienzo.
Me da mucha envidia en ese sentido el cine coreano, cuya más reciente guerra (en relación con la española) no ha impedido hacer una más que digna película como es "Lazos de guerra".
Un saludo malatesta.
Hago constar el comentario de Apañó que, por técnicas circunstancias no ha podido dejar:
ResponderEliminar"Wittmann,
Por cierto, aprovecho para comentar la película "Ispansi", ya que en tu blog no están habilitados los comentarios.
Tu crítica coincide bastante con una opinión de Soldado, de hace ya algún tiempo.
También estoy de acuerdo en que, para ser apañola, "Ispansi" es una película algo más que pasable, pero muy irregular.
Carlos Iglesias se está revelando como un aceptable director, correcto y buen artesano, tanto en "Ispansi" como en su anterior película "un franco, 14 pesetas".
Ya es mucho, desde luego, si lo comparamos con la caterva de cejeros sectarios que hacen cine en las Españas.
Es cierto que Ispansi arranca muy bien y engacha rápido, pero a medida que avanza la película se hace más aburridilla.
El resultado final, de hecho, frustra bastante, y no está en consonancia con el vigoroso e impactante inicio.
Desde luego, hay que felicitarle a Carlos Iglesias el valiente y objetivo retrato que hace de los divisionarios, aunque evidentemente la ideología de la película tienda a escorar hacia la "izquierda", ¿hacia dónde, si no? :))"
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenas Apañó.
ResponderEliminarNo puede obviarse que "Ispansi" empieza de forma más que aceptable. Ese esun punto plausible que logra el sr. Iglesias, tanto en la historia en sí como en la tendencia neutral del film. Pero pronto los vientos procedentes del rencor histórico y los prejuicios fáciles hacen que acabe tomando una deriva que nada se compadece con el inicio y termine embarrancando en el tono izquierdista facilón. Uno se pregunta qué pasaría en el caso contrario. La respuesta sería la censura, pero con otra denominación más "democrática". Así de simple.
Gracias por el comentario.
Un saludo.
Pues me flagelo.
ResponderEliminarEfectivamente, los comentarios están habilitados, pero, si no me lo llegas a asegurar, las letras amarillas sobre el fondo gris se me hubiesen vuelto a escapar.
Ya hace algún tiempo que también quise postear un comentario sobre "El hundimiento", pero tampoco "descubrí" dónde hacerlo. Debo ser daltónico o algo parecido. :))
Saludos.
Muy buenas Wittman.
ResponderEliminarMuy completo tu análisis de la película. Y muy acertado.
Yo me uno a la opinión de que la escena en la que sale la División Azul es lo mejor del largometraje. Es una secuencia que no me canso de ver (colgué ese trozo de la peli en youtube).
La película en sí me pareció entretenida, con algún buen detalle (sobre todo el citado ya de la "blue"), y con su pequeña trama de por medio.
Saludos.
Buenas Viriato.
ResponderEliminarAgradezco tu comentario. La verdad es que sí: lo de la División Azul fue un arrebato de ingenio muy poco común en la escenografía del cine español. Por lo demás, aun sin resultar tediosa, creo que se pierde en muchos momentos dado que intenta mostrar demasiadas circunstancias históricas que se ve que a todas luces le vienen grande. El inicio de la película es aceptable también; no así su final.
Un saludo Viriato.