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lunes, 31 de enero de 2011

EL ATAQUE DURO SIETE DIAS (THE THIN RED LINE)


SINOPSIS. Toma de la isla de Guadalcanal por los americanos, 1942. El soldado James Doll (Keir Dullea) se ve embarcado con las tropas americanas en la toma de la isla ante las fuerzas niponas que controlan dicho territorio, proceso durante el cual Doll sufrirá no sólo los ataques japoneses sino también la distancia con su esposa, la angustia de la guerra, el castigo psicológico propio del soldado que combate en primera línea y, sobre todo, la desconsideración de su superior, el sargento Welsh (Jack Warden), hacia el que manifiesta un profundo odio. No obstante, la guerra obliga a ambos a tenderse la mano. Por otro lado, el capitán de la compañía “C” en la que se integran, lucha por salvar a sus hombres ante la obstinación del Coronel Tall.


LO MEJOR DE LA PELICULA. El mejor valuarte de “El ataque duró siete días” es sin duda el que la película tenía por objetivo: el mostrar el aspecto psicológico del soldado y la evolución del mismo. Doll muestra, como pocas veces se ha hecho en el cine, la evolución que en tal sentido se hace manifiesta en el soldado a lo largo de las batallas, con cada baja, con cada disparo. La carga psicológica penetrante que se introduce en la trama no hace sino reforzar la consecución de ese aspecto del film, introduciendo al espectador en lo más profundo del personaje de Doll. Paralelamente, bajo el mismo propósito, se muestran los dilemas del capitán de la compañía “C” a la que pertenece Doll, el capitán Stone, quien se ve afligido por el dilema que le supone la dicotomía del cumplimiento de las órdenes y la salvaguardia de la vida de sus soldados. Otra muestra de la fuerte impronta psicológica constante en el metraje. El éxito en tal empresa es tal que eclipsa dos magnas virtudes del film como son las logradas y a la vez dramáticas escenas de acción (particularmente la toma de Bula-Bula y del paso de la Bolera), y los trabajados y espectaculares exteriores; de la combinación de ambos resultan unas escenas ejemplares para los tiempos en que fue rodada.


LO PEOR DE LA PELICULA. Pese a la notable ambientación hay errores manifiestos que ponen en evidencia al equipo de producción. Y es que muchas de las bajas japonesas son sólo simples figuras, lo que en ciertas escenas se vislumbra sin mayor dificultad. Por otro lado los errores técnicos, cuyos pormenores se analizarán luego, son clamorosos y hacen gala de una cierta indiferencia y anarquismo en cuanto al cuidado de los detalles más técnicos. Se trata de aspectos, tanto los técnicos como los de figuración que, unidos a ciertas escenas en las que parece necesario un mayor ritmo, lastran el excelente resultado de los demás elementos.


COMPARACIÓN. Quizás en el aspecto intimista y psicológico, por lo menos en lo tocante a la temática de la Segunda Guerra Mundial, constituya el film pionero y al mismo tiempo referente. No obstante lo cual es imperativa la referencia a su sucesora “La delgada línea roja” de Terrence Malick, pues ambas se basan en la novela del mismo título de James Jones (“The thin red line”). Quizás por ser menos fiel al libro, es notorio que la versión moderna adelanta a la obra de Andrew Marton en la escenografía, más lograda y atractiva, y probablemente también en la visión psicológica del soldado, de la que consigue una visión más subjetiva por las reflexiones que introduce, pero menos efectista en el trabajo de las imágenes, aspecto en el que la película de Marton está muy por encima. Una visión distinta, más centrada en la contienda, puede observarse en el capítulo “Guadalcanal” de la serie “The Pacific”.


HISTORIA. El pretexto de todo cuanto nos muestra el film es la batalla de Guadalcanal (iniciada a mediados de 1942). No obstante, el propósito del film, es decir, el mostrar el aspecto psicológico de la guerra, desdeña todo cuanto de histórico podría haber tenido la cinta. Es preciso reseñar que, sin embargo, tal y como hace el libro de Jones, el frente del Pacífico resulta del todo acertado para el tipo de propósito pretendido por el director por la climatología angosta y los parajes selváticos profundos.


Pero, como se ha señalado, los aspectos históricos desaparecen. Se muestra fugazmente la climatología cambiante y el hambre que sufrieron los soldados en Guadalcanal. No obstante tal representación es escasa dado que fueron precisamente la climatología y los episodios de hambre los que, unidos a la poca preparación para tales condiciones y un enemigo menor en número y más adaptado a esas condiciones, los que causaron tantas bajas a los americanos.

La batalla de Guadalcanal constituyó una importante contienda y supone un episodio más amplio que el mostrado en el film. Así, por ejemplo en la propia isla de Guadalcanal, una de las luchas más importantes se produjo en Lunga Point donde las fuerzas niponas construían una pista de despegue (posteriormente conocida como Campo Henderson). Las fuerzas japonesas, que subestimaron el número de fuerzas americanas, abandonaron la pista que quedó en manos americanas. Sin embargo los japoneses iniciaron diversas ofensivas mediante desembarcos y ataques de su fuerza naval para reconquistar el aeródromo, al tiempo que continuaban los combates aéreos. La distancia que tenían que recorrer los cazas y bombarderos nipones (ocho horas desde la base aérea de Rabau), unido al hecho de que parte de sus cruceros se encontraban ocupados en tareas de transporte de tropas a la isla de Guadalcanal (operación conocida como “Tokyo Express”) lastraban su eficacia en la lucha. Sin embargo, la superioridad numérica no se hacía evidente en los resultados.

La contienda por Guadalcanal no finalizaría hasta la retirada japonesa a principios de 1943. La importancia de la batalla se manifiesta en la puesta en escena de dos importantes dirigentes como Isoroku Yamamoto y Chester Nimitz. Supuso un punto de inflexión dado que las fuerzas japonesas perdieron la iniciativa como consecuencia de los combates por Guadalcanal. Fue el Stalingrado del Pacífico o, en palabras del general Torashiro Kawabe, “cuando la acción positiva cesó o incluso se volvió negativa”.


APARTADO TECNICO. Plagado de errores y escaso. Para los maniáticos del muestrario armamentístico de la contienda no hay mucho que ver. Errores al margen puede verse algún Jeep americano, fusiles Garand y Spriengfield, alguna ametralladora Browning M1919 y las Tipo 11 o Tipo 96. Lo dicho, escaso y, por lo demás, equívoco.


ERRORES. Pequeños errores existen en todas las películas, pero en un film tan excelso en ciertos aspectos, que existan errores de peso resulta de lo más llamativo. Las ametralladoras Browning japonesas, infiltradas entre las Tipo 96, podría ser más o menos aceptable dado que podría tratarse de hipotéticas armas capturadas, si bien es llamativo el número puesto que la entrada de los americanos en la contienda era reciente y el tipo de guerra en el Pacífico, isla a isla, hace poco probable que se distribuyesen. Hasta ahí los errores menores (si a ello sumamos los japoneses “de plástico” si se me permite la expresión). El error más clamoroso y grotesco reside en la presencia de los MP40 alemanes en el frente del Pacífico (en el que nunca estuvieron) tanto en manos americanas como japonesas y en abundante número. Por lo demás, un detalle de mal gusto en este sentido es el anarquismo técnico, muestra de la desgana respecto al cuidado de estas cuestiones, puesto que, a modo de ejemplo podemos ver como en la contienda en el lago entre los juncos el sargento Welsh se adentra en ellos portando un M1 Garand, para en la siguiente escena cambiarlo por un Thompson, en la siguiente disparar un MP40 y terminar el acto con el original M1. La dejadez en la producción es una de las formas más fáciles de lastrar una gran película.


FRASES. “Si se empieza a hablar de porqués la gente piensa, y eso es malo capitán, ahí comienzan los líos” Sargento Welsh. Esta frase responde a la filosofía del mencionado personaje, tan discordante con todos los demás, que no hace sino mostrar esa línea dogmática militar según la que el deber del soldado es la obediencia so pretexto de completar las misiones sin importar el modo ni la causa. Filosofía que no comparte el capitán Stone, lo que le crea problemas a su vez con el coronel Tall. Por otro lado, la susodicha frase, a sensu contrario y traída al mundo civil nos ha de recordar que, al margen de medios de comunicación e imposiciones políticas de toda orden, pensar por uno mismo es el mayor síntoma de la verdadera libertad y el camino de huida de la manipulación. “Sólo hay una delgada línea roja que separa a los locos de los cuerdos”.


PARA QUIEN. En general es un buen film recomendable para todos los públicos. Desde luego, más recomendable que su versión moderna para los lectores de la obra de Jones. Sin embargo es un excelente clásico para quienes gusten del mejor cine de antaño con buenas escenas de acción con intrépidos protagonistas que llevan a cabo difíciles misiones. Desde un punto de vista histórico, no muestra demasiados avatares de la contienda en Guadalcanal, pese a que ésta forma parte de su ambientación.


VALORACION. Obviando los errores mencionados, nos encontramos con un gran film que no cae, por lo menos no en demasía, en los tópicos de la excelencia de los soldados americanos ni en las muertes japonesas gratuitas, sino que incide desde el punto de vista de aquellos en los más crudos aspectos de la guerra que acechan psicológicamente la mente guerrera, sobre todo, la del joven soldado raso. El temor muerte, la angustia y la tensión son valores constantes que mantienen al espectador en esa perspectiva psicológica del film, sin por ello perder de vista las magníficas escenas de acción, a las que aquellos valores confieren un mayor efectismo. Quizás Marton no haya marcado época, pero sí una nueva forma de ver el cine bélico y por ello mucha gente califica a esta obra como “el gran olvido” del cine.


4 comentarios:

  1. Y tanto que está olvidada, como que ni siquiera conocía su existencia. Y eso que me leí la obra de Jones (por cierto en su idioma original) hace años.
    Me la apunto para su visionado.

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  2. Buenas malatesta.

    Antes de nada gracias por el comentario. En lo referente al film, sobre todo habiéndote leído el libro, es muy recomendable o, por lo menos, más que la obra de Terrence Malick, dado que éste, aunque se inspira en el libro, va más "por libre", si se me permite decirlo así. En fin, "El ataque duró siete días" es, como digo, un clásico y, precisamente por ello, es recomendable.

    Un saludo.

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  3. Sólo anotar que el incidente de la pistola que roba Doll no aparece en "The Thin Red Line" sino que está tomado de otra obra de Jones, la novela corta "The Pistol".

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  4. Sólo anotar que el incidente de la pistola que roba Doll no aparece en "The Thin Red Line" sino que está tomado de otra obra de Jones, la novela corta "The Pistol".

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