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miércoles, 3 de noviembre de 2010

RESISTENCIA (DEFIANCE)


SINOPSISTras la ocupación alemana de territorio bielorruso en 1941, tres hermanos, los Bielski, liderados por el mayor de ellos (Tuvia) huyen a los bosques con el objetivo de iniciar desde allí una lucha contra los alemanes; una lucha en la acaban implicando a una pléyade de gente que van encontrando a su paso, niños, mujeres y enfermos, a los que unen a la causa para conseguir su objetivo: la supervivencia.  Pronto descubren que su tarea tiene más inconvenientes de los esperados.


LO MEJOR DE LA PELÍCULA. Lo que de verdad marca la diferencia es todo el trabajo de producción que hay tras la película. El aspecto en el que resulta más notorio es la fotografía y la ambientación. Toda la película en general, salvando ciertos momentos que luego se comentarán, regala al espectador la posibilidad empatizar con las vivencias de los personajes y casi la posibilidad de sentirse en medio de los sombríos bosques de la Europa oriental. Ciertas escenas son excelsas en este sentido pues marcan, más aun si cabe, esa facilidad de sentirse como dentro de la misma película, sobre todo en los fríos inviernos. En resumen, impecable en la forma.


LO PEOR DE LA PELICULA. Resulta demasiado evidente y pesa mucho en el balance final del visionado de le película: exceso “american style”. El papel idealizado de sus protagonistas que viven, como nobles defensores del bien, en un mundo rodeado de maldad, no es sólo poco acorde con la historia real, sino también poco creíble. La sensación de desconfianza ante tanta nobleza y magnanimidad en ciertos personajes tan al “estilo Hollywood”, particularmente el de Tuvia, topa de lleno con un final al clásico modo “séptimo de caballería” que no hace sino confirmar una desazón ante tal carencia de creatividad en un film que podía dar mucho más de sí.


COMPARACION. Realmente en cualquier ámbito cinematográfico de corte bélico, y en particular en el cine ambientado en la Segunda Guerra Mundial, es fácil encontrar ejemplos de películas que muestren historias de contumaces y numantinas resistencias y luchas del mismo corte. En lo que a la Segunda Guerra Mundial se refiere, son muchos los directores que, como en este caso Edward Zwick, retoman el tema para ubicarlo en el frente que tienen por objeto recrear. Así encontramos un catálogo de “resistencias” muy amplio, desde “Kokoda: batallón 39” en el frente del Pacífico, “El hundimiento” o “Masacre, ven y mira”, sobre la guerra en Europa. La ventaja de “Resistencia” sobre las demás películas que, dentro de su propio ámbito, tratan las aventuras y desventuras partisanas es que aquella, frente a éstas, tiene a su favor el juego del elemento de la novedad puesto que, los medios disponibles y las nuevas tecnologías, mejoran el resultado final, aunque en este caso lo hagan sólo en la forma. El fondo, como ya se dijo, es muy mejorable.


HISTORIA. La esencia “hollywoodiense” de determinadas películas tiende a suprimir los elementos de la auténtica historia a favor de una mayor complacencia para con el público general. Este es un buen ejemplo.

Por lo que se conoce, los Bielski no fueron un ejemplo del heroísmo altruista que vemos en la película. Su historia es mucho más oscura. Lo que se nos muestra como un Robin Hood al más moderno estilo no es algo acorde con unos sujetos que robaban, asesinaban y no sólo a los ricos sino también a los pobres so pretexto de mantener a una gente a las que ofrecían su protección. Curiosamente, los que vivían al margen de los Bielski, no pasaban sus calamidades, tal y como se observa en el film cuando alguien sugería que “hasta el pastor más pobre vive mejor que nosotros”, lo que lleva a plantearse el porqué de la fe en los Bielski. Cierto es que en un determinado momento observamos como roban a un pastor que se dirigía al mercado a vender su leche, pero ello se compensa en la mente del espectador con el argumento de que se trataba de alimentar a sus protegidos y, para más INRI, se muestra a la real víctima (el robado) como un traidor, cuando denuncia los hechos ante los alemanes. En suma, los malos convertidos en buenos. La magia del cine.


En otro orden de cosas, mal vamos cuando una película ya no sólo nos dice que se “basa” en hechos reales sino que casi lo primero que vemos es la leyenda “A true story” (“Una historia real”) sobreimpresionada al tiempo observamos a un, en teoría, grupo de soldados alemanes apaleando a un grupo de supuestos judíos. Imágenes que, por cierto, se muestran en blanco y negro al objeto de hacerlas pasar al modo de imágenes de época cuando, sin fijarse demasiado, se ve a las claras que son imágenes actuales rodadas para el film. Es como si se coartase al espectador en sus conclusiones con el fin de que no pueda sacar por sí mismo otras que no sean concordantes con lo que se ve en “Resistencia”. Lo único real es que, de real, no hay nada. Diversos documentos de la época, incluidas las biografías de muchos oficiales de la Wehrmacht, dejan claro a todas luces que lo que ellos vivieron, así como las Waffen-SS, fue algo muy distinto de lo que vemos al inicio de esta película. La realidad, la “true story”, fue muy distinta. Los habitantes del este europeo recibían a los alemanes como auténticos liberadores de sus pueblos con enormes desfiles y espíritu festivo. Algún soldado relata la anécdota de las mujeres que, llorando y con las manos sobre el corazón, se postraban ante ellos suplicándoles que les liberasen de Stalin. Un buen ejemplo de estos recibimientos fue la liberación de Smolensk, paradójicamente hoy reconvertida en un símbolo de la victoria sobre los nazis: el júbilo del gentío de los habitantes de esta ciudad, según relata Hans von Luck, estaba encabezado por su prelado mayor, el cual, gracias a los nazis, pudo celebrar su primera ceremonia en la catedral tras 25 años de prohibición al haber vivido todos esos años haciéndose pasar por un pobre zapatero. No se puede negar que los judíos acabaron convirtiéndose en chivo expiatorio de todo este cúmulo de circunstancias, pero la versión oficial, recreada en las imágenes iniciales del film, y que les convierte en sencillas y desdichadas víctimas de algo que podría calificarse como un genocidio, sencillamente no es cierta. En todas estas poblaciones, los encarcelados por la NKVD fueron liberados por las fuerzas alemanas, aunque en muchos pueblos era usual que esta policía bolchevique ya hubiese aniquilado a sus presos. Cómo hubiese deseado esta gente ser “víctima” de los nazis. Por otro lado, los judíos de estas poblaciones habían colaborado intensamente con la NKVD seleccionando para ella, mediante confidenciales soplos,  a todos quienes interesase considerar como traidores a su Camarada Supremo Stalin y a la madre Patria, al tiempo que se beneficiaban de modos muy variados por tan “espléndida” y “solidaria” cooperación. Tras la irrupción alemana en todos aquellos pueblos, los habitantes represaliados por los bolcheviques, ahora libres, decidieron tomar, en cierto modo, la justicia por su mano, pero, por lo general, no aplicaron la ley del talión strictu sensu sino que fueron muy condescendientes con sus victimarios. Los judíos, por ejemplo, fueron en muchos casos obligados a trasladar los cadáveres de quienes habían sido víctimas mortales de sus soplos, hecho que fue fotografiado múltiples veces por quienes habían sobrevivido gracias a la intervención alemana. Esa es, y no otra, la historia real: la “true story”. Terminada la guerra, los judíos urdieron su propia y ulterior venganza. Tomaron las fotos que sus víctimas habían realizado de ellos y que mostraban la justicia que les había sido aplicada y, haciendo un totum revolutum torticero con lo acontecido, pasaron a ser víctimas: las fotos pasarían a ser el testimonio de cómo fueron obligados por los alemanes a cargar con los cadáveres de sus familiares muertos, pero con la peculiaridad de que no eran sus familiares. Se habían convertido en víctimas de un genocidio que otros habían sufrido por su culpa.




Por otro lado no puedo terminar sin mencionar la escena en que los judíos apalean a un alemán. Al margen de a que grupo racial, étnico o religioso representa cada personaje, es una escena muy cruda pero genial en el sentido de que hace un aporte interesante a la película como tal: se nos muestra la crueldad que es capaz de manifestar la humanidad por venganza y que manifiesta que predicar el perdón y la misericordia son muy elegantes como principios pero no dejan de ser un absurdo si sólo se hace de palabra.



COMPONENTE TÉCNICO. Es un aspecto notable de esta película, aunque parece que los productores se vieron un poco sobrepasados por el material del que disponían. La dotación armamentística de los personajes es, por momentos, errática y anárquica. No obstante ello nos permite disfrutar con detalle de un catálogo de armas de la época muy amplio. Por lo que a armas alemanas se refiere, vemos desde los clásicos fusiles K98 Mauser hasta la pistola Luger, pasando por el subfusil MP40 Schmeisser. Por el lado ruso, el listado es cuantitativamente más amplio: ametralladoras DP27, subfusiles PPSh41, alguna pistola TT33, etc. Lo que resulta curioso, aunque da la impresión de que se trata de algo casual, es la veneración que existe a lo largo del film por el Schmeisser. No se trata de algo irrazonable, dado que era un arma más apresta al combate en comodidad y efectividad, sólo superada por el PPSh41 en la capacidad de carga, al tener los últimos modelos del ruso un cargador curvo con mayor carga. Y es que, de hecho, ni Tuvia ni Zus abandonan sus respectivos subfusiles alemanes, que obtienen al principio, en ningún momento a lo largo de la película. Ni siquiera Zus al entrar a formar parte de las brigadas del Ejército Rojo. Además, Tuvia al ascender a uno de los miembros de la población le otorga un Schmeisser a modo de título.


Por otro lado vemos al final de la película un blindado alemán. Lo evidente es pensar que se trata de un Panzer III con el clásico cañón de 50 mm. Pero el Panzer 61 del ejército suizo empleado para recrearlo no es acorde al tamaño de aquel modelo, por lo que se asemeja más a un Panzer IV, con el problema de que éste no llegó a tener un cañón de aquel calibre ni el del film puede reputarse como un Panzer IV con el cañón corto de 75 mm. A título de curiosidad, esta recreación aparece en otras películas como “Enemigo a las puertas” (“Enemy at the gates”).


No tiene desperdicio, asimismo, el trato que las hordas bolcheviques dispensan a los judíos que luchan en su mismo bando. Paradojas de la Historia.


ERRORES. Salvando el detalle del Schmeisser, si lo reputamos como un error, y la anécdota del blindado alemán, no encontramos ninguno de relieve puesto que, como se antedijo, formalmente tiene una notable factura que minimiza los errores. Cuestión aparte es el nulo apego a la Historia.


LA FRASE. Eso no es un movimiento, es una inexorable consecuencia basada en un irreprochable proceso de razonamiento”

Lo único destacable son algunas expresiones curiosas que nos dejan el profesor y su compañero, los cuales actúan al modo de intelectuales, pero que no permiten hablar de una frase que quede para el recuerdo. Personalmente me hubiese gustado dejar como frase una de Suz Bielski que, al encontrarse a un joven judío adormilado en el bosque, sentencia: “Si yo fuese alemán, tu ya estarías muerto”, pero creo que con la disertación del apartado histórico es suficiente para entender el sentido malicioso de este tipo de expresiones.


PARA QUIEN. Es una película recomendable para todo aquel que, obviando la fidelidad histórica o la visión crítica de la verdad oficial, disfrute del cine bélico en general, pues, en suma, las secuencias de acción unidas a un buen trabajo de producción en la ambientación contribuyen a que el resultado final sea el de una película que, sin pasar ni de lejos por el pelaje de una obra maestra, se deja ver. El apartado técnico, manifestado en la aparición de unas armas muy apropiadas, también constituye un atractivo muy interesante. Recomendables, por ende, las secuencias de acción para quienes procuren un tipo de cine bélico “movidito”, muy al estilo “hollywoodiense”.


VALORACIÓN. Las incongruencias históricas deslucen el resultado de la película como documento sobre la contienda. Ello constituye una tara que, para los aficionados a la Historia, en modo alguno compensa el buen trabajo general que parece haber tras “Resistencia”. Es por ello que, aunque en cuestiones históricas vendan al espectador “gato por liebre” (“a true story”, recuérdese), el hecho de ver combates en pleno bosque, con secuencias de tensión palpable y la aparición de armas de todo tipo, incluido un tanque, merece la pena.


Resumiendo, mucho tendría que cambiar la película para calificarla como una película “de diez” pero que a pesar de las taras, algunas de calado, de las que adolece pasa con margen el aprobado: puede decirse que estamos ante “algo más” que una película de domingo por la tarde, como se suele decir.

7 comentarios:

  1. Me pareció una buena película bélica, mucho mejor de lo que me había imaginado cuando la vi anunciada en el cine, con determinados géneros soy muy escéptico a la hora de verlo en el cine. Suelo esperar a tv

    Un saludo

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  2. Buenas Piru y de nuevo gracias por el comentario y la visita.

    En lo que a mi respecta el proceso fue totalmente inverso. La primera impresión fue buena, pero a medida que uno va entrando en detalles se da cuenta de que hay más lagunas que otra cosa. Sin embargo, como digo, se deja ver.

    Saludos.

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  3. Es una buena película de guerra, con el aditamento de que trata sobre la acción de los partisanos rusos (son más conocidos los maquis franceses)y además judíos. Es muy entretenida de principio a fin, aunque tenga defectos históricos.

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  4. Buenas piruchito.

    En ningún momento he hecho tal afirmación. Todo lo contrario y, por ende, de acuerdo contigo. Sin embargo, los errores históricos casi son menudeces. Lo malo es la historia en sí ya que, al margen de la buena escenificación, tiene una simpleza tal que impide al film alcanzar la excelencia.

    Saludos.

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  5. Me sorprende lo de los judíos ya que es algo que me parecía desconocido y que en tal caso hace comprensible pero no justifica su holocausto. Teniendo en cuenta que ¨en todas partes cuecen habas¨ ya hace tiempo que he decidido pasar de elogiar a ningún pueblo sean judíos, palestinos o lo que fuese ya que está demostrado que cuando un pueblo se siente algo superior y arropado es capaz de cometer las mayores bajezas como se demostró en la guerra civil española y en cualquier otra guerra en la que se vea mezclada la revancha y el favoritismo. En todo caso lo triste es que desde los sionistas más acérrimos hasta los fundamentalistas islámicos han aprovechado siempre los muertos de unos u otros.

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  6. Buenas alfredo garcia.

    Estoy de acuerdo con tu apreciación. Muchos son los pueblos que han seguido tales derroteros. Pero los sionistas han sido los que más provecho han sacado pues, al amparo del mitificado Holocausto, han conseguido aplastar al pueblo palestino, el cual, curiosamente, nada tuvo que ver con la gran contienda. Pero la diferencia reside en que el citado hecho lo han sacralizado de tal forma que no se permite dudar de él. Y, en lo referente a lo que comentas de la guerra civil española, vemos como ahora ciertos sectores sociales se dedican a borrar símbolos del pasado (sólo de una parte) como si se tratase de una revancha. Corren malos tiempos.

    Saludos y gracias por el comentario.

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  7. Me gusta la manera en que analizas y pareciera que desmenuzaras cada aspecto de la película. Tu trabajo es muy ameno y agradable; aunque me hubiera gustado que lo ubiques geográficamente. un mapa orográfico, y conociendo la estación del año
    te parece mi propuesta??

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