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domingo, 4 de marzo de 2012

KOKODA: BATALLÓN 39 (KOKODA: 39th BATTALION)



SINOPSIS. Corre el año 1942. En Nueva Guinea, un grupo de soldados australianos resiste para contener el hasta entonces imparable avance japonés sobre la isla a la espera de la llegada de la fuerza expedicionaria australiana, el AIF (Australian Imperial Forces). Entre dichos hombres se encuentran los hermanos Max y Jack Sholt que, al igual que sus compañeros y oficiales, se verán abocados a afrontar al ejército nipón en unas condiciones deplorables y en parajes inhóspitos, defendiendo el estratégico paso de Kokoda y el pueblo de Isurava. Ambos forman una zona neurálgica de la isla que, de ser tomada por los japoneses, supondría que éstos podrían expandir imperio al Pacífico sur y, consecuentemente, Australia, algo que estos hombres quieren evitar a cualquier coste. Un reflejo de la cruda realidad de la guerra en uno de los combates menos conocidos.


LO MEJOR DE LA PELÍCULA. Su sobresaliente ambientación y fotografía. La circunstancia innegable de que estamos ante una producción de segunda línea y carente de grandes nombres no es obstáculo para reconocer el buen trabajo del director de “Kokoda: Batallón 39”, Alister Grierson, y su equipo. Los densos parajes silvestres, la sensación asfixiante de la humedad selvática y la siempre sorpresiva lluvia en tromba, unidas a espectaculares tomas aéreas, contribuyen a crear una excepcional escenografía para el desarrollo de la trama. La tensión que viven los protagonistas, constantemente mostrada a base de primerísimos primeros planos de éstos, junto a la fatiga que sufren trasladan al espectador los sentires más interiores de los soldados australianos. Las escenas previas a cada combate son excelentes puesto que, aunque estos son algo previsibles, consiguen inculcar al espectador las sensaciones propias de esos instantes preliminares mediante tomas en las que apenas se escucha el sonido de la lluvia, las gotas de agua batiéndose con las hojas de los árboles, la respiración del compañero de trinchera, los insectos, etc. Los combates son asimismo acreedores, al menos, de una mención por su gran puesta en escena, tan fuera de lo común, ya que son escasos los soldados nipones que pueden verse pero cuya presencia se intuye por las sombras que se desplazan entre la maleza y los sonidos de sus movimientos.


LO PEOR DE LA PELÍCULA. En determinados momentos, quizás no pocos, la película abusa de las escenas en las que los protagonistas se mueven por la selva (por bien recreadas que estén) sin que ello aporte demasiado a la trama sino que, todo lo contrario, parece que se trata de alargarla sin razón y ello repercute en una carencia de ritmo acusada por momentos. Pecaminosa en cuanto a previsibilidad respecto del destino de alguno de sus personajes, pierde fuelle y coherencia histórica en la parte central puesto que, al carecer el espectador de referencias, tanto el repliegue australiano como el avance japonés semejan anárquicos y sólo en un instante final parecen reordenarse para adecentar el combate que pone fin a la cinta. Asimismo la película se ensaña en el arquetipo de dilema en el combate cual es el destino del soldado malherido, punto temático que reitera hasta la saciedad.


COMPARACIÓN. Película referente en cuanto al reflejo de la batalla de Kokoda y los combates entorno a Isurava, carece parangón en lo que toca a su trasfondo temático. No obstante, en los aspectos más estrictamente formales no resulta difícil buscar equivalentes, ya sea dentro del propio ciclo de la Segunda Guerra Mundial, ya sea fuera de este, puesto que la ambientación de las producciones en frondosas selvas y el desarrollo de combates en ellas han sido un manido recurso en lo tocante al cine bélico, circunstancia pareja al desarrollo de contiendas en tales parajes. Así, fuera del orbe de la contienda que es objeto de este blog pueden adivinarse evidentes parecidos, señaladamente con las películas del ciclo vietnamita, tales como “Apocalipsis Now”, “Platoon” o “Cuando éramos soldados”, en las que la forestación escénica es común con “Kokoda: Batallón 39” y las sensaciones que esa ambientación transmite no son demasiado dispares de unas a otras. Dentro de las producciones ambientadas en la Segunda Guerra Mundial los parecidos pueden ser asimismo varios pero, a título personal, es menester señalar tanto por las recreaciones ambientales como por el modo de reflejar las sensaciones de los personajes los capítulos correspondientes a la batalla de Guadalcanal y Pavuvu de la serie “The Pacific”, otro gran ejemplo en lo tocante al reflejo de la dureza del combate en el sureste asiático.


HISTORIA. Como bien se indica al comienzo de la película, en su trama subyacen una serie de acontecimientos que tuvieron lugar en Nueva Guinea en el curso de las operaciones en la Guerra del Pacífico durante la expansión del imperio japonés.


Efectivamente, en 1942  las fuerzas imperiales estaban en pleno apogeo y su expansión en el Pacífico sur parecía no tener límites ni fin en lo que a conquista de territorios se refiere. Dirigidas por la batuta de Isoroku Yamamoto sus fuerzas se antojaban imparables. Mientras tanto, las fuerzas australianas en Nueva Guinea, comandadas por el Capitán Sam Templeton, adolecían de una seria carencia de pertrechos y armamento, acuciados por la disentería y la malaria, así como carecían de la preparación dado que incluso su alto mando se había visto superado en sus previsiones por el rápido avance japonés por lo que apenas pudieron enviar a la Nueva Guinea un par de batallones de hombres y bajo las circunstancias referidas, antes de poder tener preparadas sus fuerzas regulares, amén del apoyo de fuerzas de nativos que fueron formando (el llamado PIB o Papuan Infantry Batalion). Bajo esas penosas circunstancias tendrían que defender el paso de Kokoda, cuya conquista por las fuerzas de Yamamoto supondría directamente la caída del estratégico puerto de Port Moresby el cual daría a Japón una posición privilegiada para acometer su expansión por el sur del Pacífico y, por ende, poder no sólo aislar sino también atacar Australia.

Las condiciones en las que los australianos tendrían que conseguir defender su posición no eran precisamente las más halagüeñas. Parte de sus divisiones se hallaban combatiendo contra las fuerzas alemanas e italianas al mando de Rommel en el norte de África (de donde en la película, por cierto, llega uno de los oficiales para ponerse al mando en Isurava). A ello había que sumar la superioridad técnica y numérica del Ejército del los Mares del Sur al mando del general Tomitaro Horii, que en Nueva Guinea contaba con aviación y un cuerpo de Ejército con 12.000 hombres aproximadamente. Además, la ayuda de los Estados Unidos era algo con lo que los australianos ni siquiera podían teorizar dado que aquel país apenas había cruzado la puerta de entrada en la contienda, se hallaba en plena organización, sus suministros tenían por destino prioritario las fuerzas británicas, aun sufrían el varapalo psicológico de Pearl Harbour y, en el Pacífico, se habían centrado en la toma de Filipinas. El panorama no podía pintar peor.


En cuanto al desarrollo de los combates, la realidad no distó mucho de lo que en la película podemos ver. Comenzados los enfrentamientos el 23 de julio las fuerzas australianas se vieron desbordadas en diversos puntos si bien, de facto, las circunstancias climatológicas, el estado del terreno así como su conocimiento ayudaron a compensar la superioridad nipona, a pesar de que estas se habían ocupado de diezmar a los australianos con bombardeos y descargas artilleras. El avance japonés se volvió lento y costoso desde el primer instante. El día 29 consiguieron tomar, al coste de numerosísimas bajas, la pista de aterrizaje próxima a Kokoda. El Alto Mando japonés creía, en una prueba de su ignorancia operacional en Nueva Guinea, que sus hombres se habían enfrentado a unas fuerzas de aproximadamente un millar de asutralianos: en realidad habían combatido contra el apenas un centenar de soldados que le restaban al Batallón 39 y al PIB. No obstante, en una evidente inspiración histórica como respuesta al avance japonés, los australianos contuvieron a las superiores fuerzas niponas en una serie de retiradas defensivas y una estrategia que recuerda a la utilizada en el paso de las Termópilas por Leónidas y los espartanos contra el Imperio Persa. Su artífice, el coronel William Owen, había logrado el objetivo de contener el avance nipón. Por añadidura, la selva densa, los lodazales y los precipicios favorecieron que, en las circunstancias más adversas, los japoneses pudiesen verse hostigados por una especie de guerra de guerrillas que practicaban los australianos, mejores conocedores del terreno.


Sin embargo, hay que destacar que la conquista de la isla por los nipones no estuvo tan lejos de llegar a ser un hecho. Sólo el esfuerzo constante del Batallón 39 y las fuerzas nativas, bajo las órdenes del coherente y avezado mando de Owen, y tras realizar desesperadas acciones, consiguieron el objetivo de mantener bajo dominio australiano el paso de Kokoda. De la dureza de la lucha da cuenta un dato: del Batallón 39 inicial sobrevivieron 32 hombres. El aguante de éstos fue el que permitió dilatar en el tiempo las acometidas japonesas, permitió la llegadas de nuevas fuerzas a Port Moresby y la salvación de Australia. Es aquí donde verdaderamente procedería aquella expresión de Winston Churchill de que “nunca tantos debieron tanto a tan pocos”. Tanto es así que en Isurava se erigió un monumento conmemorativo en el que se muestran cuatro palabras: valentía, resistencia, compañerismo, sacrificio.


APARTADO TÉCNICO. Es un lugar común en el cine bélico en particular el hecho de que la ubicación escénica en selvas y ambientes forestales en general consigue justificar la reducción de la dotación armamentística y la labor de documentación, además de difuminar los errores técnicos. Y “Kokoda: Batallón 39” no es una excepción a este respecto. La ausencia de armas pesadas es manifiesta. Las harapientas y desgarradas vestiduras de los soldados impiden un análisis de las mismas. Ahora bien, el catálogo de armas no puede menos que considerarse como reducido puesto que apenas se reconduce a unos fusiles Lee Enfield, unos cuantos subfusiles Thompson (“Tommies”) y dos o tres fusiles ametralladores Bren. Quizás puedan considerarse como suficientes para lo que se pretende en la cinta, pero un abanico más amplio daría un mayor vigor técnico a una película que, en cuestiones formales, no tropieza demasiado; y es esta una carencia que se hace manifiesta toda vez que en ningún momento puede apreciarse debidamente el armamento japonés.

Por otro lado, en lo táctico es una película notable puesto que se detiene en explicar, aunque sin demasiado detalle, los avances de ambas fuerzas (bajo meras suposiciones) y la respuesta a las mismas. Esta cuestión táctica se hace palmaria en las escenas de combate en las que, en medio del fuego cruzado, podemos ver cómo los protagonistas adoptan decisiones para evitar verse copados por el avance japonés así como acometen el repliegue defensivo.


ERRORES. Aunque se ha dicho, y reiterado, que estamos ante una producción bastante correcta en lo formal, teniendo en cuenta que no estamos ante una macroproducción, los errores y deficiencias tienen que evidenciarse por algún lado. El punto en el que dicha circunstancia es más evidente es en la dotación técnica. Así, no puede considerarse, desde ese punto de análisis, correcta ni pasarse por alto la presencia de los M1 Thompson o Tommies, prototípico subfusil americano, antes referidos. Dado que nos hallamos ante fuerzas australianas la decisión más correcta sería armar a los protagonistas con su paradigmático subfusil australiano, cual es el M3 “Grease Gun”, también llamado Owen, con el que sus fuerzas contaban, sobre todo porque el Tommy tampoco fue apenas distribuido entre los propios Marines americanos en el Pacífico siendo la guerra europea su destino prioritario. Por otro lado, en términos armamentísticos, no es del todo correcto colocar al Bren en manos del Batallón 39 puesto que la ametralladora de la que disponían para empeorar aun más su ya de por sí delicada situación era la antecesora de aquella, la ametralladora Lewis.

Por otro lado resulta extraño, sobre todo cuando estaban en su cénit en cuanto a conquistas, el modo de atacar de los japoneses que en los combates que se muestran optan por ataques de flanqueo y prescinden de sus míticas cargas Banzai (ataques directos y, preferentemente, frontales) que hasta entonces eran la cicate de todos aquellos ejércitos a los que se habían enfrentado; este hecho no deja de ser extraño dadas las estrecheces en las que se combatía en Kokoda y la ignorancia del terreno de la que adolecían los japoneses.

Por último, el médico del puesto de mando informa a Max de que el nuevo oficial bajo cuyo mando van a defender Kokoda “sobrevivió a las trincheras de Libia”. No siendo un extremo imposible resulta harto difícil creer que un oficial australiano pudiese ser trasladado del frente africano para defender Kokoda dado que en aquel frente, mediado el año 42, la situación del 8º Ejército británico era muy complicada y todas las fuerzas eran necesarias puesto que el Afrika Korps de Rommel les estaba superando en todos los frentes. De hecho, los soldados australianos estuvieron presentes, con destacadas actuaciones, durante toda la batalla en el frente africano (véase la actuación de la 9º División australiana en El Alamein conteniendo y rechazando el ataque italiano), circunstancia que para nada se compadece con la retirada de hombres, mucho menos si de oficiales se trataba.



LA FRASE. “Somos corderitos listos para la masacre” (Max Sholt). Una frase tan sincera como contundente. Sincera porque refleja el rol que el Batallón 39 habría de desempeñar en su defensa del paso de Kokoda y el cómo aquellos hombres asumieron la tarea con resignación, pero decididos a enfrentarse a las fuerzas japonesas. Contundente porque es acorde con lo que, en términos de sacrificio y costes humanos supuso para ellos.


PARA QUIEN. Sin tratarse de una película que se prodigue en ampulosos recursos técnicos es una película reciente, muy en la línea del cine “hollywoodiense” lo que la hace llamativa a los ojos del público general por lo entretenido de la trama. A la par, permite trasladar al espectador el conocimiento de una de esos tantos combates menos conocidos de la Segunda Guerra Mundial, por lo que su didactismo documental está fuera de toda duda. Incluso para el público más afín a las escenas de acción puede representar una película salvable.


VALORACIÓN. Sin ningún género de dudas no es la mejor película acerca de la contienda, ni tiene actores de renombre en su reparto, ni tiene el trasfondo histórico de un frente más “comercial”, ni posee la espectacularidad de otras producciones. No obstante la suficiencia formal y la corrección en lo técnico, sumadas a unos enfrentamientos que colman holgadamente el aprobado le confieren una factura general más que aceptable. Resumiendo, no estamos ante una obra de arte, ni una película que vaya a pasar a los anales de la historia del cine, pero sí ante una película que salva cualquier juicio crítico al tiempo que proporciona hora y media de buen entretenimiento, aunque sin excesos.

9 comentarios:

  1. A mí me has convencido. Esta misma tarde la busco, para así paliar un poco mi total desconocimiento de este frente. Siempre es de agradecer que existan producciones así, aunque no sean de alto presupuesto.

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    1. Buenas malatesta.

      Bueno, pues si el comentario ha servido por sí sólo para que adoptes la decisión de ver la película es que aquel ha cumplido su cometido. Ahora el juicio sobre la misma te corresponde a tí. Yendo al contenido creo que, dados tus gustos pictóricos, es posible que encuentres especialmente bellas y espectaculares ciertas tomas que se muestran sobre la jungla guineana y sus recónditos parajes.

      Un saludo.

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  2. Muy bueno de verdad para un aficionado como yo de la SGM y el cine..
    Me he agregado y espero ir siguiendote, es muy entretenido tu blog.
    Te paso dos blogs mios sobre la 101 airborne y uno de cine clásico americano.

    http://johnarinehartkilledinaction.blogspot.com/

    http://elrincondliam.blogspot.com/

    saludos desde Barcelona!

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  3. Buenas LiamBcn.

    Muchas gracias por tu visita y tu comentario. Espero que, si te ha agradado el blog, poder ver de cuando en cuando tu opinión por aquí, sobre todo viniendo de un aficionado cualificado en estos avatares. Agrego, con tu permiso, tu blog de cine dado que consideros que puede tener muchos puntos en común con este espacio dado que el cine americano clásico frecuentaba mucho estos temas. De todos modos la 101ª Aerotransportada también ha hallado su reflejo en el cine y en multitud producciones.

    Un saludo.

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  4. No deja de sercurioso elpoco bombo que se les ha dado a otros paises que participaron en la contienda de una u otra forma, circunscribiendo siempre los aliados a Inglaterra-Estados Unidos-URSS por un lado y Alemania-Italia-Japón por otro. (Francia se cagó por la pata abajo en cuanto el primer Panzer entró por Lorena, así que...). Es bueno tener referencias cinematográficas en las que se vean que hubo muchos más ejércitos implicados y que fue la madre de todas las guerras. Por las que nos cambió el concepto del mundo que nos ha llegado hasta ahora.

    Un saludazo.

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    1. Buenas amigo Peinado.

      Es cierto lo que apuntas. Aunque puedan sonar a elementos casi exógenos a la contienda, muchos países sí estuvieron en mayor o menor grado implicados. En películas como la comentada pueden hallarse interesantes referencias a estos países que, aunque no protagonistas, sí tuvieron una participación bastante activa, por ejemplo todos los países vinculados al Reino Unido los cuales tuvieron un gran papel en muchos frentes pero que, a la postre, la victoria final se la embolsaron los británicos exclusivamente.

      Un saludo.

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  5. He tardado más de lo que esperaba, pero por fin la he visto. En versión original y sin subtítulos, porque los que había por la red fallaban más que una escopeta de caña. Vaya tela el acento de los aussies, por cierto.
    Los paisajes muy bonitos, y la ambientación también. Pero los personajes son muy planos, y las escaramuzas tan caóticas que no se entera uno muy bien de nada.
    En fin, una peli para echar el rato, pero que no se merece un lugar destacado en la historia del cine bélico.

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    1. Buenas malatesta.

      No he tenido ni la oportunidad ni la voluntad de ver "Kokoda" en versión original. No obstante, y en consonancia con tu comentario, creo que tampoco sea una cuestión trascendental toda vez que lo más relevante de lo que el señor Grierson nos presenta está en lo ambiental, no en el guión. Por lo demás coincidimos al cien por cien: una película que se deja ver, que muestra un aspecto histórico menor y muy escasa en lo demás.

      Un saludo malatesta.

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    2. ". . .la decisión más correcta sería armar a los protagonistas con su paradigmático subfusil australiano, cual es el M3 “Grease Gun”, también llamado Owen,. . ."

      Hablando de errores, el M3 "grease gun" nunca ha sido un "Owen" como caracteristica distintiva más visible para cualquiera que carezca del mínimo conocimiento sobre armamento, en el "Owen" el cargador se inserta por la parte superior del arma y en el M-3 "grease gun" el cargador se inserta por la parte inferior de este.

      Para los curiosos basta con poner en el buscador "subfusil Owen o subfusil M3 "grease gun" para visualizar una amplia galeria de imagenes donde poder evidenciar las diferencias.

      gracias

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